miércoles, 28 de noviembre de 2007

Nos fuimos a Salto. Capítulo III

El (des)Viaje
-"Era ese"- dijo el Pollo. Con esas dos palabras empezaba nuestra nueva expedición a Salto. “Ese” era el bondi que salía a las 23 hs del viernes, que debía depositarnos en territorio Uruguayo; y que ahora veíamos alejarse 20, 30, 40 metros, tras estar una hora antes para evitar justamente eso: perderlo. Luego de salir deseperadamente a correr el bólido por las para-nada-aconsejables inmediaciones de la Terminal de Retiro –con nerviosos ataques de risa de por medio- y tras caernos la ficha de que no había nada que hacer, vino el interrogante: “Qué hacemos?”. La sensatez inclinó la balanza y unos minutos después, el Pollo y Moch negociaron a brazo partido con el sobrador empleado de la Empresa de ómnibus, quien hacíase el bueno sosteniendo que la empresa nos reconocía el 50% del valor del pasaje. -“50”, “50” repetía 1, 2,…10 veces. Finalmente pudimos salir media hora más tarde sin desembolsar un solo centavo…
Aliviados en el ómnibus, ya nada parecía que podía preocupar a la banda. Sin embargo, sentado a un asiento de diferencia, un pasajero empecinado en hablar fruslerías por celular –sin manos, para más datos- mientras se untaba crema humectante por brazos, cara y piernas, se presentaba ahora como una nueva amenaza. Entrada la medianoche, un grito-súplica sobresaltó a varios: “Basta, loco, basta” exclamó Joe. He aquí el por qué: nuestro pasajero de la crema humectante castigaba a los presentes con un bochornoso ronquido que imposibilitaba a los viajantes conciliar el sueño. Fue por ello que, despertado por la súplica del saxofonista, nuestro amigo se encontró con la cara del Pollo, quien, fuera de sí, se dirigió a él diciendo: -"Flaco, es imposible dormir así. No sé: cambiá de posición, ponete una máscara, pero pará de roncar!!!". La escena se completaba con las risitas del Pulpo de fondo y un Noch dormido profundamente y totalmente ajeno a la situación. Ahora si: el silencio se adueñó del bus y pudimos llegar a Concordia en paz.

Haremos ahora un breve repaso por los personajes más destacables de este trip.

Remisero “Creedence”: Nos llevó desde Concordia hasta la frontera. Enterado de que íbamos a tocar y tras algún que otro comentario elogioso de temas que pasaban por la radio, puso el estéreo al taco – a punto de saturación-, haciendo correr temas de Creedence y… Eros Ramaciotti!! El mismo chofer acompañaba las melodías con un contagioso bailoteo al volante.
Fue nuevamente contratado para hacer el camino de vuelta al otro día (un salvador en plena zona de “conflicto papelero”) y la escena se repitió: Creedence, saturación del estéreo, bailoteo…etc.

“Telch”: Alarmante parecido con el ex jugador de San Lorenzo. Encargado del Hogar “Dos Naciones”, donde nos hospedábamos. Un personaje extraño, -con jogging al límite de ser un pijama- pero muy amable. El último día parecía algo deprimido, quizá por ser domingo a la tarde, pero igual accedió a sacarse una foto con nosotros (disponible más abajo).

“Pablo Echarri”: Una reconocida artista uruguaya participó del festival en Salto, posando enterrada en la tierra, abrazada a la figura de un sujeto. La obra era muy llamativa, y ella lucía muy compenetrada tras horas de encontrarse tapada de tierra casi por completo. Tal seriedad se vió quebrantada cuando Anzuelos se acercó a ver la obra de cerca y, tras sospechar que se trataba de un muñeco, el saxofonista exclamó “Boludo, es igual a Pablo Echarri”…; tras lo cual la artista se tentó y dijo: “Mirá que han dicho cosas, pero nunca que era parecida a Pablo Echarri…”.

No podemos dejar de mencionar al clon de Richard Coleman, el sonidista Blumberg, Campino inflado y tantos otros…


Con el bueno de Telch. La cara de noch resume todo.


Con el remisero Creedence, que seguía bailoteando...


La artista -no es igual a Pablo Echarri?- pierde la cordura ante el comentario inédito.


El Pollo se deleita con la Nube de Azúcar obsequiada por el inefable Pino.


Camerino con superpoblación de Pilsen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llena de felicidad la realización de que todavía existen los rockeros empedernidos, puros, que nunca han visto impreso el nombre de Eros RAMAZZOTTI, de ahora en más "ese tal Ramaciotti".
GRANDE ANZUELOS!

Anónimo dijo...

Capaz el escritor en este momento estaba pensando en Carlos Ramaciotti, uno de los técnicos más vende humo que hay (obviamente, siempre después de Menotti y el Profe Cordoba).. acto fallido jaja!
Besos!