Sorpresas te da la vida...

Dejar una puerta abierta de par en par siempre implica la posibilidad de recibir visitas inesperadas. Esa visita abarca un abanico de posibilidades que van desde vendedores ambulantes y Testigos de Jehová hasta vecinos y, por supuesto, cacos y descuidistas. Pero las chances de que el que ingrese sea un músico integrante de una ya mítica banda, son de una en un millón. Y la situación se torna ideal si la puerta abierta es de una sala de ensayo, y más aún si es la de Anzuelos… La historia es así: se festejaba un cumpleaños en el hall del lugar donde ensayamos y el cumpleañero (a quien vimos por primera vez ese día) nos propuso que nuestro ensayo fuera a puertas abiertas. Así fue cómo vimos desfilar una serie de personajes inclasificables, sobre los que se podría abrir un blog sólo para describirlos… Pero uno en particular nos cayó justo y en el momento indicado: el señor Michel Peyronel, el legendario batero de Riff, desfiló por la sala, señoras y señores! Así fue que nació una zapada junto a él a la que se sumó, entre otros tantos ignotos, un “Bono” vernáculo y simpático que, se especula, aún está pelando solos de armónica… En cuanto a Michel, qué podemos decir??? Tras tocar fragmentos de temas en la bata, se quejó de la acustización y amagó con arrancar el revestimiento. Luego se puso a cantar (balbucear en realidad) algunos bluses, tras lo cual preferimos que volviera a intentar arrancar el revestimiento…. Ahora en serio: un grande que se copó y divirtió con nosotros como si nos conociese de siempre. Gracias y volvé cuando quieras, Michel!

En fin, cosas que pasan cuando se dejan puertas abiertas. De todas formas, en estos tiempos, no intenten eso en sus casas. A continuación, algunas fotos.

Aaaarrrrrgggghhhh!

"Marcá Michel..."

"Yeah men, that´s right" repetía continuamente Michel
en sospechoso inglés.

Bono pela armónica (altas botas plateadas pegaste!). La señorita que
apenas se distingue, cantó y mostró sus dotes de cantante de Ópera
(de galletitas Ópera, claro).